LITURGY CORNER Missed Details of Posture This is the conclusion of our series on postures and gestures. Feel free to submit any liturgical questions you have to [email protected].
I have enjoyed talking through the Mass with you concerning our various postures. As I was proceeding there were a few moments I missed that I want to return to.
Striking the Breast During the penitential rite at the beginning of Mass when we recite the Confiteor (I confess to almighty God…) There is a moment we say “through my fault, through my fault, through my most grievous fault” during which we strike our breast. We typically do it three times as we repeat the three similar phrases. I love this act as it is unique to Catholicism and for me greatly enhances the words and the meaning of the prayer. This links us to the historical actions of penance in the Judeo-Christian tradition (ashes, uncomfortable clothes, etc…) and scripturally unites us with the parable of the Pharisee (who thanks God for not being like other people) and the tax collector(who strikes his breast and begs God for mercy) in Luke 18. I pray I am always more like the tax collector with this simple gesture tangibly reminding me of that.
We typically strike the breast three times, but this is not specified in the rubrics of the Mass. One time is sufficient. I personally like to do three times, hitting my chest firmly with my fist on the word fault. Like many things liturgically the internal realities are just as if not more important than the details of the exterior actions
Kneeling during the Passion The readings of the passion of Jesus Christ on Palm Sunday and Good Friday. Include a common action for us. We usually kneel for a short period of time after Jesus dies. This is not an officially mandated action and is not found in the lectionary, but is a common practice that we have embraced. When kneeling here (or when we do so during the Creed at Annunciation and Christmas) it is best to watch the priest for when to stand back up.
Departing Mass After Mass concludes and you get up to leave there are a couple more postures to be aware of. Like when you entered you should bow to the altar (not genuflect/kneel). Additionally, you should genuflect/kneel when you approach near the tabernacle in the gathering area as a sign of respect to Christ’s real presence.
RINCÓN DE LA LITURGIA Detalles perdidos de la postura Esta es la conclusión de nuestra serie sobre posturas y gestos. No dude en enviar cualquier pregunta litúrgica que tenga a [email protected].
He disfrutado hablando con ustedes durante la Misa sobre nuestras diversas posturas. A medida que avanzaba, me perdí algunos momentos a los que quiero volver.
Golpear el pecho Durante el rito penitencial al inicio de la Misa cuando recitamos el Confiteor (me confieso ante Dios todopoderoso…) hay un momento en el que decimos “por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa” durante el cual nos golpeamos el pecho. Normalmente lo hacemos tres veces mientras repetimos las tres frases similares. Me encanta este acto ya que es exclusivo del catolicismo y para mí realza enormemente las palabras y el significado de la oración. Esto nos vincula a las acciones históricas de penitencia en la tradición judeocristiana (cenizas, ropas incómodas, etc…) y nos une escrituralmente con la parábola del fariseo (que agradece a Dios por no ser como los demás) y el recaudador de impuestos ( que se golpea el pecho y suplica a Dios misericordia) en Lucas 18. Ruego poder ser siempre más como el recaudador de impuestos con este simple gesto que me recuerda tangiblemente eso.
Generalmente nos golpeamos el pecho tres veces, pero esto no está especificado en las rúbricas de la Misa. Una vez es suficiente. A mí personalmente me gusta hacerlo tres veces, golpeándome firmemente el pecho con el puño ante la palabra falta. Como muchas cosas litúrgicamente, las realidades internas son como si no más importantes que los detalles de las acciones exteriores.
De rodillas durante la Pasión Las lecturas de la pasión de Jesucristo el Domingo de Ramos y Viernes Santo. Incluya una acción común para nosotros. Generalmente nos arrodillamos por un corto período de tiempo después de la muerte de Jesús. Esta no es una acción obligatoria oficialmente y no se encuentra en el leccionario, pero es una práctica común que hemos adoptado. Cuando nos arrodillamos aquí (o cuando lo hacemos durante el Credo en la Anunciación y Navidad) es mejor observar al sacerdote para saber cuándo volver a levantarse.
Misa de salida Después de que concluye la misa y te levantas para irte, hay un par de posturas más que debes tener en cuenta. Como cuando entraste, debes inclinarte ante el altar (no hacer genuflexión/arrodillarte). Además, debes hacer una genuflexión/arrodillarte cuando te acerques al tabernáculo en el área de reunión como señal de respeto a la presencia real de Cristo.